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5 claves para entender el Internet de las Cosas o IoT

Si analizamos cuáles son los términos que más se repiten en titulares de noticias tecnológicas, áreas de emprendimiento o posibilidades de negocio, uno de ellos es sin duda el Internet de las Cosas o IoT (Internet of Things).  Pero, ¿qué es realmente el IoT? Hoy te contamos 5 claves para entender el Internet de las Cosas, para que lo conozcas mejor y sepas realmente a qué se refiere y cómo puede ayudarte, tanto como usuario como una posible área de inversión.

Recientemente hemos podido asistir al evento «Internet de las Cosas y Retos Tecnológicos de la Red», organizado por Avante en Sevilla. En él, escuchamos a profesionales con amplia experiencia en IoT contarnos en qué consiste, sus características, estándares, aspectos de seguridad, su relación con Smart Cities… Una jornada de lo más interesante, durante la que compartimos dudas y aprendimos mucho juntos. Ahora, toca hacer análisis de lo hablado, y nada mejor para ello que plasmarlo en un artículo para compartirlo contigo.

Para empezar, conviene poner en contexto al lector. Así que, si nunca has oído hablar del Internet de las Cosas, debes saber que es un término que hace referencia a la interconexión de objetos cotidianos (entraré más en detalle muy pronto). Este concepto data de 1999, cuando Kevin Ashton en el MIT lo propuso mientras trabajaba en diferentes sensores y tecnologías de identificación por radio (RFID).

En nuestros días, es algo que escuchamos continuamente y a lo que quizá no prestemos demasiada atención. Vamos a analizarlo con más detalle para entender realmente lo que supone.

Claves para entender el Internet de las Cosas

ioe1. Lo siento, ya no es el Internet de las Cosas. Es el Internet de Todo.

Lo cierto es que la definición de Internet de las Cosas se nos queda corta ya. El IoT ha pasado a ser el IoE (Internet of Everything).

Podríamos pensar que Internet ya lleva implícito el referirse a «cosas»; no es menos «cosa» un ordenador o un teléfono móvil que un frigorífico, por ejemplo. Esto es cierto, lo que ocurre es que estamos tan acostumbrados a contar con conexión en nuestros ordenadores y smartphones, que damos por hecho que la conectividad es una característica intrínseca de ellos. Cuando, sin embargo, pensamos en un armario con conexión a Internet, ya nos parece algo más disruptivo, porque estamos dotando de conectividad a algo que no lo tenía, ni pensábamos que fuera a poder tenerla o necesitarla.

Pero, como digo, no es más cosa ese armario que un dispositivo electrónico, por lo que realmente la revolución no es dotar de Internet a las cosas, sino dotar de conectividad a todo. Por una parte, porque antes no todo tenía conectividad (pero algunas cosas sí), y por otra porque también estamos conectando a las personas con las cosas.

Un Internet de Todo es el paradigma de la interconexión. Actualmente, el 40% de la población mundial está conectada, y se generan más datos en un año que en los 5.000 años anteriores, según Cisco. Imaginemos lo que supondría contar con el 100% de la población mundial conectada y, más aún, el 100% de las cosas conectadas. Tendríamos un escenario de conexión total, en el que podríamos saber al instante el estado de cualquier indicador que quisiéramos, y esto podría aplicarse a infinidad de campos: medicina, ingeniería, tráfico, marketing y consumo, ocio, viajes…

Un Internet de Todo es el paradigma de la interconexión.

Conectándonos a nosotros mismos con todo lo que nos rodea, las posibilidades son infinitas. Pero claro, esto supone un reto tecnológico a escala global para conseguir sistemas lo más autónomos posible, con la mayor autonomía disponible y redes de comunicaciones capaces de soportar el tráfico generado en dicha situación.

De hecho, uno de los puntos que se tuvo en cuenta a la hora del diseño del protocolo IPv6 fue precisamente la cantidad de direcciones IP disponibles. Con IPv4, las direcciones IP se terminaron de asignar el 3 de febrero de 2011, lo que significa que ya sólo pueden reutilizarse (hablo siempre de direcciones públicas; las privadas, del tipo 192.168.x.x por ejemplo, continúan pudiéndose usar a voluntad al estar su ámbito restringido). Cuando se diseñó IPv6, se tuvo en cuenta la posibilidad de que los objetos que nos rodean acabaran teniendo conexión a Internet, lo que dispararía la cantidad de direcciones disponibles. Así, se ha pasado de 4.294,967.296 direcciones IPv4 asignables, a nada más y nada menos que 340,282.366,920.938,463.463,374.607,431.768,211.456 direcciones disponibles en IPv6. ¿Bastarán?… El tiempo lo dirá.

bigdata2. Big Data

Una de las diferencias que hacen que hablemos del Internet de las Cosas frente al Internet «a secas», es el hecho fundamental de que en esta situación las cosas hablan entre sí. Tradicionalmente, somos los seres humanos los que enviamos peticiones a los dispositivos para que éstos nos respondan ofreciendo la información que necesitamos. En el IoT, un dispositivo sabe cuándo debe enviar información a otro, y ese otro estará preparado para recibirla y contestarle, sin intervención del ser humano.

Una diferencia entre el Internet tradicional y el Internet de las Cosas, es que en el IoT las cosas hablan entre sí, sin intervención humana.

En automatización industrial, esto se lleva ya haciendo muchos años, aunque normalmente se usaban otros protocolos de comunicación. Ahora se tiende a que todo el tráfico sea IP, lo que facilita mucho la integración de los sistemas. El escenario típico en automatización industrial puede ser, por ejemplo, un sensor que mide un determinado parámetro en un sistema, como la presión o la temperatura, que avise a otro para que realice una acción o registre un evento (como una subida brusca de temperatura, o el haber alcanzado una presión límite para bajar el ritmo de producción).

En un escenario más cotidiano, podemos pensar en el típico ejemplo de que nuestro frigorífico detecte cuándo se nos termina la leche, y automáticamente la encargue al supermercado, o nos la anote en la lista de la compra. Al igual que en el caso anterior, no habría intervención humana en esta comunicación.

Todo este tráfico de datos puede ser utilizado a gran escala por las empresas para conocer todo tipo de detalles de los consumidores, o por la administración para conocer cómo viven sus ciudadanos (aunque trataré esto en el siguiente punto).

Con una estimación de 25.000 millones de dispositivos conectados a Internet en 2020, nos podemos hacer una idea de la ingente cantidad de información que circulará por la red. Así, si queremos estar preparados para sacarle todo el partido posible a esa información, y que sea práctica, útil y eficaz, se hace imprescindible aplicar las más avanzadas técnicas de Big Data para ello. Análisis, correlaciones, estimaciones y predicciones a futuro, son algunas de las cosas que nos permite hacer esta tecnología, y que nos ayudan a sacar realmente el juego de toda esa información para que sea aplicable a la mejora de la vida de las personas, en definitiva.

De la interrelación de todos los sistemas conectados pueden surgir sinergias que hoy ni podemos llegar a imaginar, al cruzar datos de medios de transporte con contaminación y con consumo energético, por ejemplo, o de salud con estado medioambiental y información meteorológica… No hay límite para la información que podemos extraer de todos los datos vertidos, ni para el conocimiento que dicha información puede suponer en el futuro.

smart-city3. Smart Cities

Desde el punto de vista empresarial, uno de los escenarios más claros donde pueden aplicarse tecnologías de IoT es sin duda el de las Smart Cities. Las ciudades inteligentes son las ciudades del futuro (casi del presente ya), y no es cuestión de si llegarán o no, sino de cuánto tardarán. Eso significa que tarde o temprano, la administración (y las administraciones a nivel local) tendrá que apostar por ellas para no quedarse atrás, ya que sus ciudadanos demandarán una nueva forma de relacionarse con su ciudad, y esperarán que ésta también lo haga con ellos.

A la hora de aplicar el IoT a la ciudad son muy numerosos los posibles casos de uso. Uno de los más inmediatos es el transporte y la gestión del tráfico. Gracias a IoT, podremos saber la disponibilidad de plazas de parking por toda la ciudad, la contaminación en tiempo real generada por los vehículos, optimizar las rutas de tráfico para evitar atascos en las vías más transitadas, detectar averías en equipamiento como carteles informativos o semáforos, controlar el acceso de residentes a determinadas zonas, etc.

Pero no sólo el tráfico se puede beneficiar del IoT. Gracias a la interconexión de todos los elementos disponibles, podremos saber los desperfectos de la ciudad en cuanto a mobiliario urbano, instalaciones, alumbrado, fuentes… Además de información sobre la contaminación lumínica o la falta de luz en determinadas zonas, el exceso de ruido, el tráfico de personas por zonas y por horas, la generación y recogida de basuras… Son muchísimos los campos de aplicación del IoT en la ciudad, y sin duda es una oportunidad para desarrollar negocios relacionados con la adquisición y explotación de todos esos datos.

Las Smart Cities son uno de los ámbitos donde más partido se puede sacar al IoT: tráfico, contaminación, aparcamiento, basuras, desperfectos, ruido, alumbrado… Todo puede gestionarse de forma más eficiente.

Para terminar este punto, sólo me queda recalcar la importancia de educar y concienciar a ciudadanos, Administración y empresas privadas en este sentido. Los ciudadanos, porque serán una parte fundamental en las ciudades inteligentes, al convertirse en «sensores con ojos y piernas», que podrán usar sus dispositivos móviles para relacionarse con su ciudad de todas las formas imaginables. La Administración, porque sin su apoyo no es posible llevar a cabo este tipo de desarrollos, por las implicaciones legales, urbanísticas y sociales que conllevan. Y las empresas, porque sin sus aportaciones no se contaría con el capital humano y económico para acometer muchas de estas inversiones y proyectos. Sólo con la implicación de estos 3 agentes se puede llegar a alcanzar el nivel de ciudad inteligente o Smart City.

posicionarse4. Es el mejor momento para posicionarse

Como he comentado ya, para las empresas es un buen momento para embarcarse en este tipo de proyectos. Hoy por hoy son muchas las oportunidades que surgen, y el estado de la tecnología permite que se puedan realizar ofertas interesantes. Además, la Administración, en mayor o menor medida, está dispuesta a potenciar estos despliegues, consciente de que es el camino a seguir.

En la actualidad hay múltiples oportunidades de negocio relacionadas con IoT, es el mejor momento para posicionarse.

Pero, si quieres destacar y ofrecer una propuesta atractiva, hay algunos puntos que debes tener en cuenta, y que te ayudarán a posicionarte mejor de cara a la competencia:

  • Por una parte, piensa en la funcionalidad. ¿Cómo va a mejorar tu idea la vida de los ciudadanos? ¿Supone un ahorro para la Administración a medio o largo plazo? ¿Es la mejor forma de conseguir el objetivo que buscas? Es importante no pensar en soluciones en las que nos salga más caro el collar que el perro, de forma que se pueda obtener un beneficio de algún tipo sin que suponga un desarrollo mucho más costoso (en tiempo, dinero, esfuerzo, inconvenientes causados a los ciudadanos) que el beneficio en sí que se obtiene.
  • ¿Tu propuesta se basa casi en su totalidad en la aplicación de una nueva tecnología? Asegúrate de que lo que necesitas existe, de que está accesible, y de que ofrezca garantías. Además, busca siempre que sea posible soluciones escalables, fácilmente sustituibles si llegara el caso, de alta disponibilidad y de fácil interconexión con otros sistemas. Por ejemplo, en la jornada de Avante se nos habló de cómo ya existen sensores de aparcamiento inalámbricos que detectan si hay algún vehículo sobre ellos, con una cobertura de comunicación de datos de varios kilómetros y que tienen una autonomía de unos 4 años. Imagina si, tras un despliegue en una ciudad mediana para un proyecto que has presupuestado para los primeros 10 años con mantenimiento incluido, descubrieras que los sensores cuya batería debe durar 4 años se quedan sin carga al cabo de 2 años. Tener que reemplazarlos o que cambiarles la batería con el doble de frecuencia podría acabar con tu presupuesto.
  • Además, respecto a la tecnología, te recomiendo encarecidamente que te familiarices con Fiware. Es una de las plataformas más importantes en la actualidad del IoT, y ofrece un conjunto de APIs para el desarrollo de aplicaciones inteligentes en múltiples sectores. Se trata de una solución open source, por lo que puedes encontrar documentación y ayuda muy fácilmente en Internet. A la hora de preparar un proyecto para una convocatoria europea, Fiware es una de las tecnologías que más se suelen demandar, por lo que conocerla a fondo es casi un requisito indispensable.
  • Es muy importante además estar informado de la regulación. Hoy por hoy es un aspecto que no queda claro al 100%, pero sí que empieza a haber normas al respecto. Muchos implantadores pueden aún estar ignorando dichas normas, o directamente desconocerlas, por lo que si tú las dominas estarás en una posición privilegiada frente a tu competencia. En concreto, lo relativo a Smart Cities se está normalizando por AENOR en su Estrategia de Normalización para las Ciudades Inteligentes. Ahí se recogen 13 proyectos de normas técnicas que buscan impulsar el desarrollo de Smart Cities, bajo el comité AEN/CTN 178. Te recomiendo que las conozcas, ya que sin duda te ayudarán a dar forma a tu proyecto. También como ciudadano es muy interesante estar al tanto, para saber lo que podemos esperar de las ciudades inteligentes del futuro, qué es realmente una ciudad inteligente, cómo se gestionan sus recursos, etc.
  • Por último, también es importante pensar alternativas a la hora de presentar una propuesta de proyecto con una financiación interesante. En ese sentido, en la jornada de Avante se mencionó en varias ocasiones la importancia de enfocar un proyecto desde el punto de vista del ahorro, de forma que por ejemplo una empresa implantadora pueda afrontar por sí misma la inversión (o una buena parte de ella) que supone un proyecto, para después recuperarla mediante el ahorro que para la Administración supone la mejora implantada. Parte de dicho ahorro se destinaría por tanto a sufragar la inversión inicialmente realizada por la empresa privada.

seguridad5. Amenazas de seguridad

Por desgracia, no todo es positivo cuando hablamos de Internet de las Cosas. También existen riesgos, y uno de los más claros es el de la seguridad. Si ya en ocasiones podemos sentirnos inseguros cuando conectamos nuestro smartphone a Internet, imaginemos cuando tengamos toda nuestra casa, nuestro coche, nuestro entorno… conectado a Internet y a nosotros.

Hoy por hoy, el IoT está dando sus primeros pasos. Se espera que sea para 2020 cuando realmente eclosione en un ecosistema que encontremos por todas partes en nuestro día a día. Para entonces, será necesario que se den una serie de pasos en pro de la seguridad, evitando así posibles ataques que hagan uso de las nuevas funcionalidades que les ofrece el IoT.

Un claro ejemplo de este tipo de ataques es Ataque DDoS, y que causó que algunas de las plataformas web más grandes del mundo estuvieran caídas (como Twitter, Spotify, Reddit, PayPal, CNN, Pinterest, Yelp…). Se trató de un ataque de denegación de servicio o DDoS (Distributed Denial of Service) que afectó a los DNS de multitud de páginas web, causando que no se pudiera acceder a ellas durante un tiempo.

Este ataque se valió precisamente del IoT para llevarse a cabo. Concretamente, los hackers consiguieron las contraseñas de al menos 500.000 dispositivos de la empresa china Hangzhou Xiangmai Technology, que fabrica cámaras IP y grabadoras, si bien no fueron éstos los únicos dispositivos usados en el ataque. La empresa recomienda a los usuarios que cambien la contraseña por defecto, pero a menudo no lo hacen. Ese fue el hecho que aprovecharon los hackers que, gracias a Mirai (un malware que rompe contraseñas mediante combinaciones de 60 palabras) obtuvieron las passwords para hacerse con el control de los dispositivos. Después, no tuvieron más que enviar peticiones desde dichos dispositivos a Dyn, eso sí, de manera masiva, para hacerla colapsar.

Se han realizado ataques desde dispositivos de IoE a escala global. La seguridad es uno de los puntos críticos de estas soluciones en cualquier ámbito.

Esto es sólo un ejemplo de los problemas de seguridad que conlleva el Internet de las Cosas, y sin duda en el futuro escucharemos hablar de otros ataques y vulnerabilidades. Pero es de esperar que, poco a poco, tanto dispositivos como redes de comunicación se fortalezcan frente a estos actos. En ese sentido, también será fundamental educar al usuario sobre el uso de sus dispositivos conectados, de forma que sea labor de todos protegerlos en la manera adecuada para maximizar nuestra seguridad.

Conclusión

Según los expertos, el Internet de las Cosas será la próxima gran revolución. Revolucionará nuestras vidas, el modo de comunicarnos, el modo de relacionarnos con nuestro entorno, y el modo en que nuestro entorno se comunicará con nosotros.

Como expertos en tecnología que somos, es nuestra responsabilidad aportar nuestro granito de arena a esta revolución, preparándonos para estar en condiciones de facilitar su asimilación por parte de la sociedad. Conocer la normativa al respecto, las redes de comunicación, los sensores más utilizados, las tecnologías que dominan el IoT y su aplicación, es el primer paso para afrontar este cambio con garantías de éxito.

Y por supuesto, si estás pensando en adentrarte en el mundo del Internet de las Cosas y necesitas un partner tecnológico que te ayude con cualquier tipo de desarrollo o implantación, no dudes en ponerte en contacto con nosotros. En Renacens contamos con un equipo de expertos de primer nivel que te ayudarán para facilitar que tu proyecto llegue a término de la forma más eficaz y exitosa posible.

Post escrito por Joaquín Alviz (@rayjaken)

Ingeniero de Telecomunicación. Máster en Administración y Dirección de Empresas. Máster en Dirección Comercial y Marketing. Apasionado de la tecnología, la gestión y los negocios, cuenta con una amplia experiencia gestionando todo tipo de proyectos. En su tiempo libre le gusta el diseño gráfico, los videojuegos, y escribir sobre cualquier gadget que pase por sus manos.

Este post tiene 1 comentario
  1. Gabriela Reply

    Creo que ya estamos a las puertas de un mundo interconectado. Esta pandemia por Covid 19 adelantó en gran manera el Internet de las cosas en nuestro mundo actual.

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